Vamos a ver

¿preguntando a la ceniza por el fuego?
¡al desmadrado por la madre?
¿a la migaja por el pan nuestro?
¿al muñón por el meñique?
¿al alma por su almario?
¿al piojo por el universo?
¿ a la saliva por el beso?
¿a la cigueña por el campanario?
¿al pex espada por su vaina?
¿al sordomudo por la cadencia?
¿a la seda por el gusano?
¿a la bienamada por su desamor?
¿al universo por el piojo?
¿al corazón por la puñalada?
¿al ruiseñor por la ruiseñora?
¿a la lágrima por su lagrimal?
¿a mi mismo por mi salvavidas?
supongo que a esta altura ya habréis adivinado
que he resuelto postergar mi poema existencial
para el siglo veintino o veintidós...
Mario Benedetti
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